La presidenta del Grupo BEI, Nadia Calviño, pronuncia un discurso en la Escuela del Servicio Exterior de la Universidad de Georgetown sobre «Una Europa fuerte en un mundo en cambio» en Washington D. C., durante las Reuniones de Primavera de 2025 del Grupo Banco Mundial y el FMI.

Es un gran placer verlos aquí y contar con tantos jóvenes entre el público. Creo que es un momento muy oportuno, un debate muy oportuno en el contexto geopolítico actual, en el que tantas cosas están cambiando a nuestro alrededor. Es una oportunidad para escuchar, debatir y compartir con ustedes algunas reflexiones sobre los retos actuales y el papel de Europa en el mundo de hoy, así como el nuevo orden mundial que se está configurando.
Me baso en mi experiencia personal, primero en la Comisión Europea, luego como ministra y vicepresidenta del Gobierno de España y ahora como presidenta del Banco Europeo de Inversiones. Quisiera comenzar con algunas señales de alerta, por lo que utilizaré palabras cargadas de significado, revolucionarias incluso, como «clima» o «mujeres». Puede que incluso hable de asociaciones beneficiosas para todos. Y les voy a desvelar algo que escucharán al final de mi presentación: me siento muy orgullosa de ser europea, hoy más que nunca. Así pues, a lo largo de toda la presentación hablaremos del papel de Europa y de cuáles son los puntos fuertes de la Unión Europea en el mundo actual a medida que se va configurando el mundo del mañana.
Como bien saben, los accionistas del Banco Europeo de Inversiones son los 27 Estados miembros. Hablamos 24 idiomas diferentes. Estamos gobernados por diferentes partidos y coaliciones que recorren todo el espectro ideológico y, sin embargo, conseguimos poner cosas en común y llegar a acuerdos. Compartimos prioridades que son muy importantes para nosotros:
- un entorno de libertad y paz para nuestros países;
- estabilidad;
- seguridad;
- oportunidades de crecimiento para nuestras empresas;
- infraestructuras sociales.
Eso significa viviendas adecuadas y asequibles, acceso a una asistencia sanitaria de calidad, educación de primer nivel, una sociedad inclusiva en la que las personas confíen en un futuro mejor para ellas y para sus hijos.
- Sólidas alianzas internacionales basadas en el respeto mutuo y con resultados beneficiosos para todos.
- Y, por supuesto, todo ello en un planeta habitable en el que intentamos garantizar que las generaciones futuras también puedan prosperar.
Esto que acabo de describir, junto con el Estado de derecho, es la base de todo, ¿no? Es solo la base, pero muestra cómo la Unión Europea está unida en su diversidad.
El Banco Europeo de Inversiones es un auténtico ejemplo del éxito de la unidad europea. Como ya se ha dicho, es la mayor institución multilateral de desarrollo del mundo, con un balance de cerca de 600 000 millones de euros, una calificación crediticia AAA y alrededor de 90 000 millones de euros en inversiones anuales, el 90 % de los cuales se destina a operaciones dentro de la Unión Europea, mientras que el 10 % restante, es decir, entre 8 000 y 9 000 millones de euros, se invierte fuera de la UE.
El año pasado, cuando asumí la presidencia del Banco Europeo de Inversiones, trabajamos en una hoja de ruta estratégica con ocho prioridades fundamentales, aprobadas por unanimidad por los Estados miembros, que acordaron dar prioridad a la transición verde, consolidando el papel del Banco Europeo de Inversiones como Banco del Clima.
Solo el pasado año, el 60 % de nuestra financiación se destinó a apoyar la transición verde en Europa y fuera de ella. Y, realmente, en la Unión Europea y en el Banco Europeo de Inversiones consideramos que esta transición es un motor clave para la competitividad, la seguridad, la estabilidad y la autonomía estratégica de Europa, algo que, desde la perspectiva europea es más que evidente.
No podemos seguir dependiendo de los productores de combustibles fósiles: ahora mismo es una cuestión de seguridad y de autonomía estratégica. No es solo nuestro deseo para las generaciones futuras. Esta transición también está contribuyendo a impulsar la innovación y la excelencia industrial a nivel nacional, desarrollando tecnologías innovadoras y apoyando a los líderes europeos que invierten en la seguridad energética, la descarbonización de la industria pesada y la creación de puestos de trabajo de alta calidad para el futuro.
Desde una perspectiva más amplia también resulta evidente, porque sabemos muy bien que cada euro, cada dólar invertido en la prevención del cambio climático y la adaptación a sus efectos supone en realidad un ahorro de entre cinco y siete euros, o dólares, en términos de costes (de reparación y reconstrucción) cuando nuestros países se ven azotados por catástrofes provocadas por el clima.
La financiación sostenible también puede contribuir a reforzar los mercados europeos de capitales. Como seguramente saben (no es necesario que lo sepan, pero permitan que se lo cuente), el Banco Europeo de Inversiones fue el primer emisor de bonos verdes en 2007, así que, hemos sido pioneros en este mercado tan vivaz y dinámico. De hecho, hace un par de semanas emitimos el primer bono conforme al estándar de la UE sobre los bonos verdes. La emisión inaugural fue de 3 000 millones de euros y la demanda superó con creces la oferta. Y cuando digo que la superó me refiero concretamente a que la demanda fue trece veces mayor.
Por lo tanto, parece que los mercados financieros están apostando por esta transición verde y por las inversiones verdes, lo que tiene realmente mucho sentido. Seguir avanzando en este sentido no solo es lo correcto, es también lo más inteligente.
Esta emisión también representa un activo europeo seguro. Sé, Federico, que le interesa mucho este tema. Los inversores parecen pensar que las emisiones de las instituciones europeas ofrecen un activo europeo seguro, lo que también contribuye a una mayor integración de los mercados de capitales al otro lado del Atlántico.
El año pasado se publicaron muchos informes de alto nivel sobre la competitividad europea. ¿Y cuáles son los principales motores de la competitividad europea? Podemos resumirlos en cuatro conceptos:
- integración de los mercados, incluidos los mercados de capitales, como ya he indicado;
- inversiones a gran escala;
- simplificación
- y añadiría un cuarto concepto, que son las asociaciones internacionales.
El Banco Europeo de Inversiones está comprometido con estas cuatro áreas clave, tratando de apoyar los factores que impulsan las políticas dentro de la UE.
Estoy mencionando las asociaciones internacionales porque, como saben, esta semana se celebran las Reuniones de Primavera del FMI y del Banco Mundial, por lo que serán nuestra principal prioridad estos días. Cómo reforzar las asociaciones internacionales de Europa en aras de la paz y la prosperidad. La base de nuestra prosperidad, nuestro bienestar y nuestra seguridad es, en realidad, el sistema multilateral basado en normas, en que todas las partes resulten beneficiadas y en asociaciones de cooperación.
Esto nos ha sido muy útil en los últimos ochenta años. Ha sido útil para la Unión Europea y mucho más incluso para Estados Unidos: debería sentar las bases de nuestra cooperación de cara al futuro. Hace ochenta años, aunamos fuerzas para construir este marco multilateral. Hemos apoyado este entorno basado en normas y estoy profundamente convencida de que debemos seguir cooperando para garantizar que el nuevo orden mundial que se está configurando se base también en un conjunto de normas y de instituciones multilaterales. En lugar de crear otras instituciones, debemos aprovechar las que ya han demostrado su solidez y nos han permitido llevar la prosperidad a todo el mundo.
Uno de los ámbitos clave en los que vamos a trabajar, y sobre el que hablaremos durante las Reuniones de Primavera, es Ucrania. Acabo de participar en un acto en el Consejo de relaciones exteriores. En un diálogo con el ministro ucraniano de Economía y Finanzas, Sergii Marchenko, hemos hablado del apoyo que la Unión Europea está prestando actualmente a Ucrania.
El Banco Europeo de Inversiones es probablemente el principal socio inversor del Gobierno ucraniano. Eso quiere decir que, en estos momentos, está financiado infraestructuras clave, como las infraestructuras energéticas, las hídricas y las de transporte, reconstruyendo escuelas y universidades como esta.
También estamos construyendo refugios para proteger a los niños, de modo que puedan seguir teniendo una vida lo más normal posible en estos tiempos tan excepcionales. Esto significa reforzar la resiliencia del país y espero que muy pronto esta misma resiliencia nos permita entrar en la fase de reconstrucción.
Creo que este apoyo a Ucrania —y estoy convencida de que contará con un fuerte respaldo en las reuniones de los Amigos de Ucrania que se celebrarán esta semana, como hacemos en todas las reuniones del FMI y del Banco Mundial aquí en Washington—, este apoyo, decía, es también una señal de la fuerza y de la importancia que tienen para nosotros estas alianzas internacionales. Y creo que también muestran la determinación de la UE de responder al cambiante panorama geopolítico y de adaptarse a él.
Permítanme terminar con este comentario. Hay un panorama político cambiante y hay retos comunes que tienen un carácter mundial.
Si hay algo que hemos aprendido en estos últimos años —quizá no lo hayamos aprendido, pero ha quedado patente en nuestro día a día— es, por ejemplo, que las pandemias pueden cruzar los océanos. Las fronteras políticas no las detienen. Lo mismo ocurre cuando hablamos del cambio climático. O cuando hablamos de nuestra seguridad común. O cuando hablamos de la estabilidad financiera.
Estos retos globales deben abordarse mediante estructuras cooperativas, instituciones cooperativas y asociaciones sólidas, empezando por la asociación transatlántica, que probablemente sea la mayor asociación estratégica del mundo, que hasta hoy se ha mantenido como un elemento fundamental para el orden mundial.
Permítanme concluir subrayando que, desde nuestra perspectiva europea, no tenemos ninguna duda. Nos mantendremos firmes en los fundamentos de esta asociación. Seguiremos defendiendo un orden mundial basado en las normas y las instituciones que lo sustentan, que hemos construido juntos. El Banco Mundial, el FMI, los principios de la Carta de las Naciones Unidas, la Organización Mundial del Comercio o la Organización Mundial de la Salud son algunos de los socios más importantes del Banco Europeo de Inversiones y de la Unión Europa y seguiremos apoyándolos en el futuro.
- Seguiremos esforzándonos por eliminar las barreras al comercio y promover economías abiertas y basadas en el libre comercio. La Unión Europea es la mayor red mundial de acuerdos de libre comercio, que seguiremos ampliando día a día, como la reciente culminación de las negociaciones con los países del Mercosur. Hay una serie de negociaciones en curso que sin duda seguirán reforzando nuestras asociaciones en todo el mundo.
- Seguiremos forjando asociaciones sólidas con las economías emergentes y los países de todo el mundo, porque creemos que la estabilidad y la prosperidad económica compartida se refuerzan mutuamente.
- Seguiremos invirtiendo en el empoderamiento de las mujeres porque invertir en las mujeres es invertir en las sociedades, la estabilidad y la paz en todo el mundo.
- Y seguiremos apoyando el liderazgo tecnológico y la excelencia de las empresas europeas, entre otras cosas, a través de las inversiones del Grupo Banco Europeo de Inversiones.
¿Qué significa esto? significa que seguiremos tendiendo puentes, convirtiendo los retos en oportunidades, aportando certidumbre en este mundo marcado por la extrema volatilidad y la incertidumbre. Y seguiremos actuando como un faro para los derechos humanos y los valores para los pueblos de todo el mundo.
Esto es Europa y, en pocas palabras, estoy orgullosa de ser europea. Muchas gracias.
Federico Steinberg: Muchísimas gracias. Me alegra escuchar todo esto. Especialmente aquí, en Washington, las conversaciones y los debates no suelen girar en torno a las asociaciones, así que me resulta muy alentador que esas palabras procedan del mayor bloque comercial y principal donante del mundo.
Me gustaría profundizar un poco en este asunto, sobre todo porque algunos de mis compañeros aquí presentes, especialmente miembros del ámbito académico estadounidense, que se muestran muy pero que muy a favor de la integración europea, están señalando que tal vez ahora que Estados Unidos permanece en estado latente, por así decirlo, en las instituciones multilaterales, la UE está bien posicionada para forjar «coaliciones de voluntarios» e incluso reformar la OMC o seguir modificando el programa de los bancos multilaterales de desarrollo para financiar los retos y bienes públicos mundiales. ¿En qué medida lo considera factible, y cuáles serían los socios clave en el Sur Global y en el resto del mundo?
Nadia Calviño: Dos ideas muy relevantes. He hecho hincapié en el importante papel que desempeñan las instituciones multilaterales; ahora bien, para que las instituciones ejerzan y cumplan adecuadamente su función, deben evolucionar. Necesitan integrar los cambios que se van produciendo. Y está muy claro que el mundo hoy es muy diferente del mundo al final de la Segunda Guerra Mundial.
En esos momentos, Estados Unidos representaba el 60 % o el 70 % del PIB mundial. Europa quedó devastada. Imperaba una realidad colonial en todo el mundo. Muchos de los países que son ahora independientes eran colonias en aquellos momentos. Y, por supuesto, ninguno de los países emergentes ni los BRICS eran economías relevantes por aquel entonces.
En definitiva, afrontamos un entorno económico y social completamente diferente en todo el mundo. Es totalmente normal que el marco multilateral se ajuste, incorpore esos cambios y encuentre la manera de seguir desempeñando su papel en este nuevo entorno.
Desde este punto de vista, estoy segura de que la Unión Europea tendrá un papel decisivo a la hora de impulsar esas reformas. En primer lugar, la Unión Europa es el principal accionista de estas instituciones. Estamos bien representados. Los países de la Unión Europea son accionistas clave de los diferentes bancos multilaterales de desarrollo de todo el mundo. No solo hablamos del Banco Mundial y del FMI, sino también del Banco Africano de Desarrollo, el Banco Asiático de Desarrollo, el Banco Interamericano de Desarrollo y, por supuesto, el Banco Europeo de Inversiones, que es el único que tiene como accionistas a los 27 Estados miembros de la Unión Europea. Existe toda una red de instituciones multilaterales en las que los países europeos están más que presentes.
En segundo lugar, otra ventaja de la Unión Europea en este debate es precisamente el hecho de que ha concluido acuerdos comerciales y de inversión y ha forjado asociaciones con 76 países de todo el mundo. Y actualmente nos sentamos en la mesa de negociaciones con diferentes países, desde la India hasta Corea del Sur, pasando por Nueva Zelanda, Chile, México, y el Mercosur como ya mencioné. Nuestras asociaciones abarcan realmente todo el mundo.