Un importante proyecto de drenaje reducirá en Uagadugu las inundaciones que dificultan que las mujeres puedan ganarse la vida debido a su efecto en la vida cotidiana y la economía de la capital de Burkina Faso

Safieta Kabore y Aminata Traore cultivan perejil, menta, lechuga y maíz en Uagadugu. Pero durante cada estación de lluvias, las fuertes inundaciones destruyen la mayor parte de sus cultivos y hacen que resulte imposible vender nada en sus puestos del mercado.

Durante las lluvias, «toda la zona está inundada, como si estuviéramos dentro de un pozo», asegura Traore. «Con frecuencia no podemos trabajar en el mercado. La venta en el mercado es el único trabajo que tenemos, nos permite pagar la escuela de nuestros hijos».

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Safieta Kabore es una de las numerosas mujeres de Uagadugu que han visto cómo sus cultivos y su propiedad eran asolados por las inundaciones.

Las inundaciones urbanas son un importante problema en la capital de Burkina Faso. Las fuertes lluvias obligan cada año a las familias de algunas zonas a abandonar sus hogares y vivir en condiciones de pobreza extrema. «No podemos acceder a los mercados, las escuelas y los hospitales», comenta Kabore. «A diario bebemos agua infectada con enfermedades como el cólera, y somos vulnerables a los mosquitos que transmiten la malaria».

El Banco Europeo de Inversiones, la Comisión Europea, y la agencia francesa de desarrollo, Agence Française de Développement, trabajan con los funcionarios municipales y estatales en la construcción de un canal de drenaje de aguas de cinco kilómetros de longitud para impedir que el agua se acumule en el distrito de Tanghin, en el centro de Uagadugu. Hace dos años, el banco de la UE firmó un préstamo de 15 millones de euros con la ciudad para respaldar este proyecto. Las obras deberían estar terminadas en 2024.

«Detener las inundaciones nos permitirá ayudar a la población de Uagadugu a tener una mejor calidad de vida, con menos enfermedades», asegura Sosthène Djigemde, director del proyecto. «También contribuirá a mantener los negocios y crear más empleo».

Traore espera con interés que se produzcan estos cambios. «Tendremos agua limpia todo el año», dice. «Esto supondrá más cosechas de verduras y más trabajo para las mujeres locales».

Lluvias devastadoras

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Sosthène Djigemde, director del proyecto

En 2009, la ciudad sufrió una de las inundaciones más devastadoras de su historia. En 10 horas, el agua alcanzó en la zona aproximadamente unos 30 centímetros. «Nuestra comunidad fue testigo de la pérdida de muchas vidas y de la destrucción de nuestra ciudad por las fuertes inundaciones, que sumieron a toda la población en el pánico y la desesperación», recuerda Djigemde. «Me sentí impotente ante todos los daños».

Las inundaciones se han agravado aún más al intensificarse los efectos del cambio climático. En la última década se han producido al menos cinco inundaciones anuales en Uagadugu, que han destruido más de 24 000 hogares y dañado 150 000 propiedades. El saneamiento de la ciudad también es deficiente. Tan solo aproximadamente el 50 % de los hogares disponen de servicios adecuados de recogida de basura y saneamiento.

«Si la basura de los hogares no se recoge regularmente, bloquea las zanjas de drenaje y hace que el agua se acumule, aumentando el riesgo de enfermedades transmitidas por el agua, como el cólera», indica Djigemde. «El agua estancada también favorece la reproducción de mosquitos, lo que hace que aumenten las tasas de malaria».

Burkina Faso está trabajando para mejorar el alcantarillado y el drenaje en muchas localidades.

«Las inundaciones se producen tanto en zonas urbanas como no urbanas que no disponen de red de alcantarillado o en las que es deficiente», detalla Djigmende. «Hemos decidido construir un sistema de drenaje eficaz e instalaciones de saneamiento en estas zonas por todo el país. También estamos educando a la población sobre los peligros del vertido de aguas residuales y residuos en las instalaciones de saneamiento».

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Necesidad de financiación y asesoramiento adecuado

La construcción de sistemas de drenaje y de protección contra las inundaciones requiere mucho dinero y conocimientos especializados. Las ciudades necesitan mucho tiempo para planificar el trazado de las tuberías e instalarlas por debajo del suelo. Dado que la construcción en la capital tardará 18 meses, «necesitamos ayuda y apoyo financiero para hacer realidad este proyecto», indica Djigemde.

Nakoulima Moussa, responsable de inversiones del Banco Europeo de Inversiones para África Occidental, asegura que proyectos como este ayudan tanto a la población local como al planeta.

«Esto contribuye a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas», afirma. «Burkina Faso recibe un préstamo a bajo coste y al mismo tiempo una importante asistencia técnica que garantiza el éxito del proyecto».

Un mejor drenaje para un futuro mejor

La prevención de inundaciones contribuye a que los niños vayan a la escuela, permite que las personas enfermas acudan al hospital, reduce las enfermedades y los daños materiales y mejora la vida cotidiana de todas las personas.

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«Las mujeres están contentas con su trabajo, les gusta y dan lo mejor de sí mismas», asegura Aminita. «Este trabajo nos permite pagar la escuela de nuestros hijos».

El proyecto también generará más empleo para las comunidades vulnerables de Uagadugu. «Empleamos el excedente de agua para cultivar perejil, menta, lechuga, acedera, cebollas, amarantos y maíz, que posteriormente vendemos en el mercado de alimentación», comenta Aminata. Estos huertos no solo proporcionan comida, sino también empleo e ingresos a las mujeres, viudas, huérfanas o rechazadas por la sociedad.