Discurso de la presidenta del Grupo BEI, Nadia Calviño, en la Conferencia anual sobre el presupuesto de la UE de 2025.
Es un placer volver a casa y ver a tantos amigos, a tantos expertos y a tantas personas que comparten una verdadera pasión por el presupuesto europeo y por el Marco Financiero Plurianual. Y no me sorprende que esta conferencia despierte tanto interés año tras año, sobre todo en un momento como el actual, obviamente, porque el presupuesto europeo es la columna vertebral de la Unión Europea.
Como exdirectora general de la Dirección General de Presupuestos, pero también como exministra y vicepresidenta de un Gobierno nacional y ahora presidenta del Grupo Banco Europeo de Inversiones, no les sorprenderá que les diga que el presupuesto europeo es, en realidad, un instrumento muy poderoso, que lleva 70 años financiando nuestras políticas comunes. El presupuesto europeo ha transformado nuestras economías, ha transformado nuestros paisajes, ha transformado nuestra Europa, ha transformado nuestras vidas y, en mi opinión, ha convertido a Europa en el sitio ideal para vivir.
Muchas veces oímos comentarios que tratan de restar importancia al impacto del presupuesto de la UE, por el hecho de que solo constituye el 1 % del PIB europeo. El tamaño importa, por supuesto, y habrá muchas negociaciones al respecto, pero el tamaño no lo es todo. Y en el caso del presupuesto europeo, este porcentaje no refleja en absoluto el poder transformador de los proyectos paneuropeos:
- El impacto de programas como la política agrícola común, que garantiza la seguridad alimentaria y protege nuestras comunidades rurales.
- El impacto de los fondos estructurales, que crean oportunidades en cada rincón de nuestra Unión, allá donde está el talento.
- Programas como Erasmus, que forman a generaciones de verdaderos europeos.
- O como Horizonte Europa, que promueve un ecosistema de investigación incomparable.
- Y, por supuesto, los diferentes instrumentos de liquidez y el ingente programa de inversión y reformas NextGenerationEU, que salvó la economía europea durante la pandemia y es el mejor ejemplo del poder que tiene el presupuesto europeo, del formidable poder que tiene nuestra unidad.
Como dijo Robert Schuman, uno de los padres fundadores de nuestra Unión Europea: «Europa no se hará de una vez ni en una obra de conjunto: se hará gracias a realizaciones concretas, que creen en primer lugar una solidaridad de hecho». Pues bien, creo que el presupuesto de la UE es sin duda una de esas realizaciones concretas que sustentan el proceso de construcción europea, que se ajustan a las necesidades cambiantes y que responden a las continuas crisis. Como ya han indicado muchas personas durante estos dos días [de conferencia]: «Nos encontramos en un momento decisivo».
Cada siete años, Europa tiene una cita consigo misma. Cada siete años, tenemos que diseñar lo que, como europeos, queremos lograr juntos, y definir una respuesta europea al complejo mundo actual. En última instancia, el objetivo es cumplir la promesa de un futuro mejor para todos.
Europa cuenta con las herramientas, el talento y la visión para hacer precisamente eso, para aprovechar la oportunidad que se nos presenta hoy de liderar la transición hacia la economía del futuro y de alcanzar el éxito en el nuevo orden mundial, que se está configurando en estos momentos.
Para ello, es necesario centrarse en la competitividad y la seguridad, dos palabras que también se han mencionado mucho [en esta conferencia], y adoptar un enfoque holístico que incluya la integración de los mercados, la simplificación y las inversiones a gran escala. Este es precisamente el resumen que se incluye en los numerosos informes de expertos que se han elaborado en los últimos años.
En este sentido, la Unión de Ahorros e Inversiones y el Marco Financiero Plurianual son dos caras de la misma moneda. Deben avanzar en paralelo para impulsar la inversión y generar el mayor impacto posible. Tenemos que intensificar el apoyo del sector público, pero también movilizar en la mayor medida posible los recursos privados. Por lo tanto, es verdaderamente urgente e importante que avancemos en la construcción de una auténtica Unión de los Mercados de Capitales.
El Grupo Banco Europeo de Inversiones, en estrecha colaboración con la Comisión Europea y otros socios ejecutivos, se encuentra en una posición ideal para contribuir a este proceso, dado que nos dedicamos a tender puentes, a atraer la inversión privada y a canalizar el ahorro hacia inversiones productivas. Ponemos en común los recursos para garantizar su máximo aprovechamiento y para optimizar el impacto positivo del presupuesto europeo sobre el terreno.
El Grupo BEI está orgulloso de ser una parte integrante de la red mundial de instituciones multilaterales de desarrollo y, como tal, es el aliado más cercano de la Comisión Europea y del resto de instituciones europeas a la hora de respaldar las prioridades de Europa. Y existen excelentes ejemplos de los que todos podemos estar orgullosos.
La semana pasada asistí a la conferencia InvestEU, que se celebró precisamente donde hoy estamos, y en la que pusimos de relieve que se trata de un verdadero ejemplo de éxito de la Unión Europea. Gracias a una amplia gama de instrumentos financieros —desde venture debt hasta garantías de cartera y fondos de capital privado— hemos canalizado una financiación considerable hacia sectores que son fundamentales para el presente y el futuro de Europa. En el Grupo BEI ya hemos desplegado el 94 % de la garantía asignada en el marco del programa InvestEU para movilizar cerca de 300 000 millones de euros en inversiones en TODOS los países europeos, lo que supone un resultado digno de mención.
A través del programa InvestEU y sus garantías, aprovechamos el presupuesto de la UE para apoyar la autonomía estratégica de Europa en los ámbitos de la energía, la salud, la biotecnología y las tecnologías verdes, financiando así las capacidades de seguridad y defensa de Europa y apoyando infraestructuras clave, empresas innovadoras de rápido crecimiento y proyectos estratégicos de alto riesgo. También estamos invirtiendo en vivienda. La lista es interminable. Podría seguir hablando largo y tendido de lo que estamos haciendo con el programa InvestEU.
Otro ejemplo del presupuesto del Grupo BEI: el Banco Europeo de Inversiones es un apoyo fundamental para las asociaciones internacionales que contribuyen a que Europa tenga una voz fuerte en un mundo más seguro, más estable y más próspero.
Así pues, desde Ucrania hasta los países candidatos a la adhesión, pasando por los países vecinos, África, América Latina y el Sudeste Asiático, en todos estos territorios, actuamos con arreglo a nuestras convicciones. El BEI decide estas inversiones en coordinación con la Comisión Europea, para garantizar que Europa invierte allá donde radican nuestras prioridades políticas.
Hemos movilizado 80 000 millones de euros para la iniciativa Global Gateway. Estamos en camino de cumplir el compromiso del Banco de movilizar 100 000 millones de euros de inversión para el año 2027. En la práctica, esto implica que financiemos proyectos que van desde la capacidad de producción de vacunas en África o de dispositivos limpios para cocinar hasta la adaptación al clima en todo el mundo, el empoderamiento de las mujeres, la conectividad ferroviaria y digital en Asia y América Latina, las infraestructuras hídricas en todo el mundo, en Asia Central y, por supuesto, en África. Y, para finales de año, prevemos que habremos utilizado los 2 000 millones de euros de la garantía del Mecanismo para Ucrania, dado que estamos alcanzando una verdadera velocidad de crucero en la aplicación y el despliegue de esos mandatos sobre el terreno.
Dicho esto, queridos amigos, todos tenemos en mente el próximo Marco Financiero Plurianual, pero el mundo no espera, así que debemos tratar de aprovechar al máximo los recursos disponibles en este momento, en el marco del actual MFP.
De hecho, el contexto geopolítico actual está generando buenas oportunidades para que Europa atraiga capital, inversiones y talento, y debemos hacer todo lo posible para que así sea. Debemos asegurarnos de que los inversores, las empresas y los mejores profesionales elijan Europa. Por tanto, debemos aprovechar al máximo los recursos disponibles mediante una serie de herramientas, que tienen un componente técnico, pero que generan un gran impacto.
En primer lugar, con la simplificación como motor principal, en el actual Marco Financiero Plurianual.
De hecho, me gustaría rendir homenaje a la Comisión Europea porque la propuesta ómnibus de simplificación de inversiones (y puedo asegurarles que intentaremos utilizar todas las propuestas ómnibus que se presenten para tratar de avanzar en materia de simplificación) va en la dirección correcta, ya que no solo permitirá al Banco Europeo de Inversiones ser más eficiente, sino que nos permitirá reducir la burocracia y los costes para los beneficiarios, y también liberará garantías que hasta ahora estaban bloqueadas, de modo que podamos movilizar 6 700 millones de euros en garantías adicionales y, por tanto, activar una inversión total de unos 70 000 millones de euros.
Estas cifras demuestran que la simplificación da sus frutos.
Y, además, no va a requerir ninguna contribución adicional de los Estados miembros, ni ninguna contribución adicional del presupuesto actual de la UE. Se trata simplemente de hacer un mejor uso de los recursos existentes en el presupuesto de la UE. Y quiero dar las gracias a la Comisión Europea aquí presente por su excelente colaboración y sus esfuerzos en este sentido.
Ahora tenemos que ampliar esta iniciativa de éxito del ámbito de la inversión en la UE, desde el programa InvestEU, al ámbito del asesoramiento técnico, es decir, a los servicios de asesoramiento, y a las inversiones de fuera de la UE. Creo que este último punto será tremendamente importante, porque la competitividad de las empresas europeas y la seguridad de Europa no solo dependen de lo que invertimos, de lo que hacemos dentro de nuestras fronteras, sino también de lo que hacemos en todo el mundo.
En segundo lugar, estamos estudiando paralelamente cómo impulsar al máximo la combinación de instrumentos financieros y subvenciones, ya sea con fondos estructurales o con el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia, una vez más, para que podamos sacar el mayor partido posible a los recursos existentes.
Además, en el Grupo Banco Europeo de Inversiones estamos estudiando cómo aumentar nuestra asunción de riesgos con capital propio y ampliar nuestra gama de instrumentos financieros con el lanzamiento de un programa específico, TechEU, destinado a apoyar a las empresas innovadoras europeas, a impulsar el crecimiento de las empresas emergentes de éxito y a fomentar un entorno en el que las ideas, las tecnologías y las empresas europeas puedan prosperar y quedarse en Europa.
Al elevar nuestros compromisos a un nivel sin precedentes, atraer capital privado y optimizar el uso de las garantías presupuestarias de la UE, nuestro objetivo es movilizar 250 000 millones de euros en inversiones en nuevas tecnologías de vanguardia para el año 2027.
El objetivo es crear un programa de financiación que sea más grande, más ágil y más sencillo que ningún otro que hayamos tenido hasta ahora. Porque en nuestras interacciones con el sector privado, con los inversores y los innovadores europeos, nos han dicho que «el tamaño es importante, pero que la rapidez también es clave. Y lo mismo sucede con la eficiencia, la reducción de los trámites burocráticos y la simplificación, que darán un importante impulso a la competitividad de Europa».
En definitiva, la idea es contar, junto con la Comisión Europea, con una gama completa de instrumentos, como indicó ayer aquí la presidenta Von der Leyen, que apoyen a los líderes europeos desde la concepción de sus ideas hasta su comercialización.
Por tanto, nuestro objetivo es colaborar con la Comisión para proporcionar capital, préstamos de cuasicapital y garantías, es decir, una gama completa de instrumentos, para apoyar las inversiones y la innovación en ámbitos como inteligencia artificial, semiconductores, tecnologías de la salud, tecnologías limpias, defensa y acceso a materias primas fundamentales, de modo que nos aseguremos de que las empresas innovadoras europeas sigan arraigadas en Europa y que también podamos atraer talento, capital e inversión de otras partes del mundo.
Porque, seamos claros, Europa es una potencia en materia de innovación. Nuestras empresas emergentes, investigadores y emprendedores se sitúan al más alto nivel y no tienen nada que envidiar a nadie. Solo tenemos que proporcionarles la financiación adecuada, en el momento oportuno, así como un mercado integrado en el que puedan alcanzar el tamaño necesario para ser competitivos a nivel mundial.
Por eso hablaba hace un momento de adoptar un enfoque holístico, de la integración de los mercados, de la simplificación y de la inversión a gran escala.
De cara al futuro, el diseño del próximo Marco Financiero Plurianual es una gran oportunidad para mejorar aún más el uso de los recursos de la UE en el período posterior a 2027 y garantizar el máximo impacto sobre el terreno, lo que requiere una visión clara de las prioridades de Europa. Y estoy segura de que habrá debates y negociaciones muy animados sobre cómo abordar el reto de preservar nuestros instrumentos, tan valiosos y acertados, a la hora de respaldar la agricultura, la cohesión o la investigación, al tiempo que intensificamos el apoyo a la competitividad, la seguridad y la defensa de Europa mediante asociaciones sólidas en todo el mundo, entre otros mecanismos.
En el último MFP, yo estaba al frente de la Dirección General de Presupuestos, por lo que era yo quien trataba de salvar estas diferencias y articular un enfoque político que reflejara las prioridades y las aspiraciones de Europa. En esta ocasión, no voy a entrar en detalles sobre cómo participar en ese debate político, que se pondrá en marcha en un par de meses.
Para terminar, permítanme compartir tres consejos técnicos que nos pueden servir de utilidad, ideas sencillas que pueden guiarnos en la fase preparatoria, que en este momento está llegando a su fase final en la Comisión, y, obviamente, en las intensas negociaciones que se iniciarán en el Consejo y en el Parlamento Europeo y en todos y cada uno de nuestros Estados miembros a partir de ahora.
El primer consejo, debemos ser eficientes. No es necesario reinventar la rueda. Podemos seguir profundizando en los instrumentos que ya han demostrado su éxito. Instrumentos que funcionan, como el programa InvestEU, que ya he mencionado y que espero que sirva de modelo, de base para el Fondo de Competitividad. O como la idea y el modelo de inversiones y reformas del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia, que puede ser un ejemplo muy importante, ya que tiene un impacto muy significativo, reformador y transformador sobre el terreno.
En segundo lugar, como ya se ha mencionado anteriormente, debemos ser flexibles para poder responder a un mundo en constante cambio, y debemos simplificar las normas. Por citar solo un ejemplo, a lo largo de los años, la gestión de los mandatos se ha vuelto cada vez más complicada, con diferentes procedimientos, nuevos trámites burocráticos y más requisitos de información.
Ahora lo veo desde el otro lado de la mesa, en el Banco Europeo de Inversiones. Por poner un ejemplo propio, el Grupo BEI gestiona 50 mandatos en nombre de la Comisión Europea. De ellos, 38 corresponden a períodos de programación anteriores, pero siguen exigiendo un seguimiento considerable. Además, el Grupo BEI gestiona 87 mandatos que despliegan recursos en régimen de gestión compartida. Así pues, en total, para que se hagan una idea, cada año tenemos que elaborar 440 informes sobre estos mandatos. Estoy segura de que esto se puede mejorar, y creo que puedo aportar una idea al respecto.
Lo que necesitamos son tres mandatos. Movilizar financiación dentro de la UE sobre la base del programa InvestEU o del nuevo Fondo de Competitividad, cuando se cree. Segundo mandato, los Servicios de Asesoramiento del BEI. Tercero, un mandato para la financiación fuera de la UE. La idea de un Fondo Mundial resulta muy atractiva, ya que nos permitiría además adaptar nuestras actividades fuera de la UE en un contexto internacional muy intenso y en rápida evolución. Por supuesto, la simplificación también significa que necesitamos un reglamento único para todos los programas, que garantice la interoperabilidad y la coherencia y que evite duplicidades y costes innecesarios para las instituciones, las empresas y la ciudadanía. Esto permitiría al Banco Europeo de Inversiones maximizar su impacto. Nos permitiría ser más ágiles y menos complejos, actuar con rapidez y con la magnitud necesaria, como principal socio de la Comisión Europea en la ejecución del presupuesto de la UE. Y conseguir resultados.
Por último, pero no por ello menos importante, también podemos seguir profundizando en asociaciones que ya han demostrado su éxito, como la que existe entre la Comisión Europea y el Banco Europeo de Inversiones. No es solo una asociación, sino una amistad muy estrecha, con unas prioridades muy alineadas y una cooperación sólida y profunda a todos los niveles, porque cuando trabajamos juntos, dos más dos son más que cuatro.
De hecho, hay muchas buenas ideas en el informe de iniciativa propia del Parlamento Europeo sobre el próximo Marco Financiero Plurianual, y hay una que valoro especialmente, que es su llamamiento a establecer una asociación de inversión con el Grupo BEI. La acogemos con gran satisfacción, obviamente, ya que lanza un mensaje muy contundente. Porque el Grupo Banco Europeo de Inversiones es un ejemplo de éxito de la Unión Europea, al igual que lo es el presupuesto de la UE. Y ahora mismo nos encontramos en una situación única, gracias a nuestros accionistas, los 27 Estados miembros, ni más ni menos, lo cual es de gran importancia. Y, por supuesto, gracias a nuestra incomparable solidez financiera, que nos permite incrementar nuestra financiación y ampliar nuestro balance sin solicitar capital adicional a nuestros accionistas. El Banco Europeo de Inversiones se encuentra en una situación incomparable en el mundo actual, en su condición de institución europea y multilateral de desarrollo.
De cara al futuro, pueden contar con nosotros para seguir contribuyendo y construyendo una asociación sólida con la Comisión, con los Estados miembros, con otras instituciones europeas, con los actores financieros públicos y privados nacionales e internacionales, con las empresas europeas, los inversores y los ciudadanos europeos.
Porque cuando alineamos la ambición con los instrumentos adecuados, Europa cumple. Permítanme concluir con esta idea, porque nuestra unidad es nuestra fuerza, porque cuando trabajamos juntos, somos imparables, y me siento muy orgullosa de estar al frente de una institución que encarna esta imagen, y que hace realidad el ideal europeo cada día.
Muchas gracias.