La crisis de la COVID-19 ha puesto de manifiesto que la población estaba dispuesta a aceptar medidas gubernamentales más drásticas, como el uso obligatorio de la mascarilla y las restricciones de viaje, para luchar contra la pandemia, y parece estar abierta a que estas prácticas se apliquen en el contexto del cambio climático. El 70 % de los europeos encuestados y el 95 % de los chinos estarían a favor de medidas gubernamentales más estrictas que obliguen a la población a cambiar su comportamiento para luchar contra el cambio climático. Incluso en los Estados Unidos, donde los negacionistas climáticos tienen mayor eco, esta cifra es del 67 %, lo que ilustra una voluntad de acción para luchar contra el cambio climático.